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Escritor, periodista y gestor cultural colombiano.

martes, 24 de noviembre de 2015

UNA SOPA DE PIEDRA





Autor:   Anaïs Vaugelade.


Un lobo viejo y flaco se acerca al pueblo de los animales. Llama a la puerta de la gallina y le pide hacer una simple sopa de piedra. Esta le abre, llevada por la curiosidad: no conoce al lobo, pero le han hablado mucho de él, y quisiera probar esa sopa. Pero se extraña al conocer la receta —agua y piedras, «nada más»— y sugiere mejorarla con algo de apio. Van llegando amigos, inquietos, curiosos, y la historia se repite. «¿No se podría poner algo de calabacín?» «Sí que se puede». El cerdo, el pato, el caballo, la oveja, la cabra, el perro, cada uno dice y aporta lo suyo. Habrá sopa sabrosa para que todos repitan y la cena durará hasta tarde.

Luego el lobo pincha la piedra, afirma que aún tiene sustancia y se marcha con ella. Lo animan a volver otro día, pero el lobo no responde. «No creo que vuelva», dice el narrador, mientras el lobo se aleja con su piedra, colina abajo, entre la nieve. En una imagen final, fragmentaria, parece que ha llamado a la puerta de un pavo, cabe suponer que en otro pueblo, para otra cena robada y pasajera.

Hay melancolía en este álbum en el que el lobo no abandona nunca la cara de tristeza, los ojos entreabiertos ni el aire jorobado. En esta rama de la tradición parece haber una reflexión tácita sobre la vejez, la carestía y la rara dignidad de quien, habiendo sido objeto de temor, es hoy una sombra en sus últimos días.

Por:
Bayron Araújo Campo 
Promotor de Lectura y Escritura

Biblioteca Nacional – Ministerio de Cultura.  

miércoles, 7 de octubre de 2015

EL TIGRE Y EL RATÓN


Escrito e ilustrado por la japonesa, Keiko Kasza, en el año 1993.
Editorial Norma.

Narra los distintos sucesos que se llevan a cabo entre dos personajes; El tigre y el ratón. En ambos se había ocasionado un problema, ya que en cada momento que compartían, el tigre le tocaba lo bueno y al ratón el papel malo. Hasta que un buen día el pequeño ratón construyó un gran castillo y muy emocionado llamó a tigre para que este lo viera, pero él no hizo más que levantarse y darle una patada al castillo. Esto provocó el enojo de ratón, y que determinara que ya no serían más amigos ¿Logrará el tigre y el ratón solventar sus diferencias?.

Es una obra ideal para compartir con los niños, “El tigre y el ratón”, en especial porque de alguna manera les despierta el interés debido a que sus personajes son animales, los reconocen, los describen y en ese transitar de la obra, les deja una enseñanza a sus lectores: “el valor de amistad” además que las ilustraciones  y tipografía del libro hace que nos imaginemos como son realmente los personajes y la atmósfera en la que dan movimiento.

Ciertamente, se podría relacionar con el libros “Sapo y Sepo: inseparables”, escrito por el autor Arnold Lobel. Realmente es uno de los escritores de literatura infantil a los que Keiko Kasza más admira. Ambos libros se pueden unir, ya que narran sobre la amistad entre dos amigos, en el caso de Kasza, serían el tigre y el ratón y en el de Lobel, Sapo y Sepo, dos sapitos amigos que como nuestros personajes viven una historia de amistad juntos.

Por:
Bayron Araújo Campo

Promotor de lectura y escritura.  

martes, 6 de octubre de 2015

UNA MAÑANA DE ENCUENTRO CON ESCOLARES Y LECTURAS EN VOZ ALTA



La mañana empieza con el canto de los gallos y las aves María Mulatas, como una anunciación inminente que nos da el indicio de que ya estamos en el día siguiente. Ahora, el sol aparece en lo alto, desplegando sus pinceladas amarillas en las empinadas montañas, dándole el color más vivo a las espesas frondosidades del Perijá.

Tan pronto se abren las puertas de la biblioteca de Manaure, pareciéramos sumergirnos en un mar de libros y descubrir en su profundidad las historias más extraordinarias y selectas para disfrutar en familia, para navegar y transcender a otras invenciones, como en las que navegó Max, el personaje de Maurice Sendak. Para romper los límites del tiempo y hacerlo inexistente en los actos de lectura.

Cerca de la puerta, emerge el olor a café, éste se confunde entre perfume de las flores trinitarias y el olor a libros. Entra de primero la bibliotecaria, Neidis Belén. Le sigo después, a pasos lentos, intentando no alterar la tranquilidad del lugar, luego nos ubicamos sobre la mesa principal. Lo primero que está programado, es un encuentros con los estudiantes vinculados al proyecto, Biblioteca – Escuela.

Entro a la sala infantil y los libros que he estudiado para cada una de las actividades, los ubico en un lugar visible, mientras el reloj va en su marcha continúa y nosotros a la expectativa de su proceder… a la espera del justo instante en que pueda ir en busca de los niños.  Se marcan las 8: 30 a.m y ya el sol está en lo más alto, así que salgo de aquel lugar, cruzo tres calles, donde el olor a guayaba es inminente, a la sombra de los árboles de mango y maíz tostado.

Los alumnos me esperan, todos organizados en dos filas. Al verme, me transmiten alegría, se les ve contento unos a otros y haciendo mención de la biblioteca en cada momento en que marcamos un paso y nos acercamos a ese espacio lleno de libros y muy colorido. Al llegar, entramos en fila, damos los buenos días y nos dirigimos hasta la sala infantil. Todos se sientan, formando una medía luna, calladitos, mientras observan los libros que he seleccionado en la presente oportunidad.

Nos sumergimos en el recuerdo y hacemos mención de las historias más significativas, que de alguna manera han gustado y se hacen muy reiterativas en ellos, de contársela a sus papás y recordarlas con tanta claridad, como si se las hubiera leído instantes atrás, sólo es suficiente con enseñarles de nuevo el libro y ellos narrarnos con detalles cada una de las situaciones que observan en las ilustraciones; reconocer los personajes y esa atmósfera de inicio a fin, consecuente con el contenido de palabras.

Al poco tiempo, elegí un libro al azar y resultó ser “Cuento de noche” de Roberto Aliaga. Levanté el libro para que se hiciera visible en todos, dándoles a conocer la imagen de portada, el título, y por medio de formulación de preguntas, concederles cierto indicio de su contenido. Posteriormente abrí el libro y les leí en Voz Alta. Los estudiantes, de algún modo, deben sentirse identificado con la historia. La noche, el dormir y las venturas literarias que les cuentan papá y mamá entes de que se sumerjan en la profundidad de los sueños. De avivarles la imaginación y llevarlos a viajar por otros lugares, y que también puedan convertirse en protagonistas de sus propias historias; descubrir nuevos personajes e interactuar con ellos, enfrentar sus miedos, sentir las emociones, gustos y sabores que se les pueden transmitir mediante la lectura en Voz Alta y disfrutar de estos encuentros literarios que se hacen semanalmente en la biblioteca de Manaure.

Por:
Bayron Araújo Campo

Promotor de Lectura y Escritura.

martes, 22 de septiembre de 2015

GUILLERMO JORGE MANAUEL JOSÉ




Escrito por la australina, Mem Fox, ilustrado por Julie Vivas.
1988 Ediciones Ekaré.
Traducción: Gabriela Uribe.

Narra la historia de Guillermo Jorge Manuel José,  un niño con cuatro nombres, que vivía al lado de un hogar para ancianos y conocía a todos los que allí vivían. Cuando descubre que la señorita Ana Josefina Rosa Isabel ha perdido la memoria, el niño emprende una búsqueda para recuperar los recuerdos de su amiga.

Es una obra que en su contenido, posee un ritmo que hace muy fluida la lectura, un ritmo divertido que se conjuga con las hermosas ilustraciones de Julie Vivas. En cierta forma, despierta el interés de cualquier lector que aborde la historia, sobre todo por perseguir su final, pasando por cada una de las situaciones que le dan movimiento a la atmósfera del cuento y así descubrir la manera como el personaje logra recuperar la “memoria” de su amiga favorita, la señorita Ana Josefina Rosa Isabel, (y es realmente su amiga favorita, ya que tiene cuatro nombres igual que él).

La curiosidad del personaje principal toma mucha importancia en la historia y lo que significa para él cada uno de los personajes segundarios; en lo que le cuentan, en la amistad, en el accionar, en la constante interacción y la diferencia de unos con otros. Vemos a un niño que de la forma más inocente y poética, se sumerge en la profundidad del recuerdo de la Señora Ana, quien ha perdido su memoria. Guillermo aprende de los ancianos, además de gozar sus días en compartir tiempo con ellos y a su vez, cultivar cada una de las actividades que más han gustado y practicado en todo el transcurso de sus vidas; como lo es el deporte del beisbol,  las tardes de piano, los cuentos de miedo que le contaba el señor Tancredo, además de hacerles mandados al señor Herrera, el cual caminaba con bastón de madera y admirar al personaje; el señor Tortosa Escalante, que tenía voz de gigante.

Es un libro que va destinado para todas las edades, más que todo buscando que en los niños pueda prevalecer esa importancia de la “memoria”,  y de igual forma ese acercamiento con los ancianos de su entorno, de descubrir sus pasados y conocer mucho de sus vidas, de manera que se pueda adquirir sus enseñanzas y puedan transmitir sus valores.

Por:

Bayron Araújo Campo
Promotor de Lectura y Escritura.  

jueves, 20 de agosto de 2015

HAY UN OSO EN EL CUARTO OSCURO



Escrito e ilustrado por la inglesa, Helen Cooper.
Editorial Juvenil, 2000.

Narra la historia de Guillermo, un niño que teme ante un gran oso que “supuestamente” ha visto en su casa, precisamente allí en el cuarto oscuro, debajo de la escalera. El personaje se forma un “imaginario”, de creer que aquel terrible animal pude comerse a un niño como él. Así que hace por llevarle comida, medio abre la puerta con los ojos cerrados, saca las frutas de su bolsillo y se las arroja rápidamente. Días después, cuando en aquel lugar empieza apestar y la madre de Guillermo se da cuenta de donde proviene aquel fétido olor, el personaje decide contarle toda la verdad sobre el oso del cuarto oscuro, y ella le sugiere que se enfrenten a él. Cogen una escoba y, a modo de lanzas listas para entrar en batalla, se acercan a la puerta. Cuando finalmente la abren, encuentran una alfombra vieja y peluda en lugar de un oso y mucha comida apestosa por todas partes. 

Es uno de esas historias, que está muy relacionado a cada temor que apareció alguna vez en nuestra infancia e incluso en cualquier etapa de nuestras vidas, de imaginarnos cosas que no son, ya sea a causa de la forma de algún objeto que llegamos a desconocer como sucede en la narración.

Así como en el personaje principal, en muchos niños se ve el hecho de reconocer los animales, de sorprenderse sobre ellos, diferenciarlos unos de otros.  En la historia, Guillermo conoce muy bien como es el aspecto de los osos, dibujándolos detalle a detalle, dándole vida en su imaginación mientras va creciendo su miedo.

Cabe resaltar, la riqueza de las ilustraciones, ya que nos permite ver varios planos, el de la realidad dentro de un todo en el que aparece la imaginación del oso, la imaginación de Guillermo y la imaginación que asume en su momento el propio lector, las cuales nos permite tener una secuencia de la historia, de ver cómo es que suceden cada una de las situaciones en la atmósfera de los personajes y de cierta forma tener indicio sobre el final de este mismo, que termina por ser muy sorpresivo.

Por:
Bayron Araújo Campo
Estrategia de promotores de lectura Regionales.
Biblioteca Nacional – Ministerio de Cultura 

CUENTO DE NOCHE

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Libro álbum de Roberto Aliaga,  editado por Cuento de Luz en 2012 y con ilustración de Sonja Wimmer.

“Cada noche, antes de dormir, ella se sienta en su cama con un montón de cuentos entre las manos. Elige uno al azar y, con voz suave, comienza a leer… Al instante, palabras e imágenes transforman mi habitación. Porque en sus cuentos, yo siempre soy el protagonista.”

Los niños, de algún modo, deben sentirse identificado con la historia. La noche, los sueños y las venturas literarias que les cuentan papá y mamá entes de que se sumerjan en la profundidad de los sueños. De avivarles la imaginación y llevarlos a viajar por otros lugares, a convertirse en protagonistas de sus propias historias e incluso de otras, descubrir nuevos personajes e interactuar con ellos, enfrentar sus miedos, sentir los emociones, gustos y sabores que les pueden transmitir mediante la lectura de los cuentos.

La obra de Roberto Aliaga, no sólo es un cuento, son muchos cuentos que se conjugan y hacen que la historia sea muy enriquecida, además de las hermosas ilustraciones de Sojan, que son realmente muy llamativas, en especial por lo grande y coloridas que son, las cuales terminan por despertar el interés y la curiosidad del niño por abordar en detalles los contenidos y conectarse con la atmósfera en la que da movimiento el personaje. Esto es lo que hace Roberto con su personaje, poner en manifiesto cada una de las sensaciones y placeres que se pueden transmitir a través de la lectura. Lo que significa el hecho de compartir cuentos por las noches. El niño que escuché esta obra, muy seguramente, también deberá sentirse el protagonista.

Por:
Bayron Araújo Campo
Estrategia de promotores de lectura Regionales. 

lunes, 17 de agosto de 2015

VUELVEN A LEER Y VUELVEN A JUGAR


El atardecer empieza apagarse dando sus últimas  pinceladas amarillas en los picos de las frondosas e empinadas montañas de la serranía del Perijá. Estos atardeceres, se observan esplendidos desde la Biblioteca Pública de Manaure, Cesar, donde los lectores que frecuentan, se gozan de la panorámica que les brinda aquel espacio. Luego corre un viento fresco, como si llevara en lentitud las primeras sombras de la noche. Pero lo más hermoso y que no se ve todos los días, es cuando un arcoíris se asoma en las ventanas del cielo, tan pronto me llega al recuerdo las historias de David Mckee y su personaje principal, el elefante Elmer y me recuerda también a unas pequeñas lectoras de Mackee, una niña llamada Sofía, con 7 años de edad, quien viene acompañada de Natalia, su hermana de 3 años, ambas amantes de la literatura infantil. Se les ve solitarias, en algún rincón de la instancia, mientras leen y pasan las páginas de las obras de sus autores favoritos, en los que está Idana Rodríguez, Keiko Kasza, Helen Oxenbury, entre otros. Son niñas que ya han hecho parte del Proyecto “Lectura y primera infancia” y por los autores mencionados, son los que más han gustado al abordar sus contenidos.

Son puntuales en su rutina, llegan tipo 4 de la tarde, siempre acompañada de su hermana más pequeña, a quien Sofía la sienta a su lado y empieza a compartirle en Voz Alta cada una de las historias que conoce. Natalia sonriente la observa con detenimiento, muy atenta a lo que le cuentan y a su vez señalando cada personaje que se aparece al pasar de cada página del libro.

La imaginación se les activa, se hace evidente sus emociones, sus risas y miedos en el sentir de cada historia que abordan. En momentos, brincan sobre los coloridos cojines, juegan, se caminan todo el lugar, se esconden entre los estantes llenos de libros, vuelven a leer y vuelven a jugar, así reiteradas veces. Es como si el tiempo pareciera detenérsete y sólo transcurrir en las historias, mientras los personajes emergen entre oleajes de palabras, saltándose de las páginas de los libros, para luego situarse en la imaginación de ellas y así llenarla continuamente de aventuras memorables. Pero luego despiertan y retoman la realidad, cuando ven que cae la noche y empiezan a cerrarse las primeras puertas de la Biblioteca. En sus gestos, es como si no quisieran irse. Sus padres ya saben en qué momento recogerlas.

Al día siguiente, vuelven a la misma hora, mientras la tarde se va agonizante, aunque esplendida. Desde los ventanales también se dibujan sus últimas pinceladas amarillas, como una muerte hermosa. Al entrar, Sofía da las buenas tardes a la bibliotecaria, como con esa timidez que caracteriza en su mayoría a todos los niños, en cambio Natalia entra calladita, sin alterar el silencio, como queriendo sólo dar el saludo con sus ojos, luego se detienen unos instantes en la ventana, muy curiosas, observando detenidamente el horizonte, como quien mira la vastedad del caribe, con brillo sutil y atrayente. Sofía toma a su hermana de las manos y se dirigen hasta la sala infantil, precisamente a ese rincón solitario en el que casi todos los días; disfrutan de ese gran placer que es la lectura. seleccionando así los libros que más les parecen llamativos, dejándose sorprender por las bellas ilustraciones que encuentran, sumergiéndose en las historias, recordando personajes feroces mientras retan sus miedos; personajes como Ernesto el león hambriento, los monstruos ilustrados por Maurice Sendak, increíbles animales que intentaban ser el más poderoso, si, eran tan feroces que parecían saltarse de las páginas de sus historias y perseguir a Sofía y Natalia por toda la sala infantil, pero allí estaba el abuelo sapo para defenderlas y un sastrecillo muy valiente.

Bayron Araújo Campo
Estrategia de Promotores de Lectura Regionales
Red Nacional de Bibliotecas Públicas – Biblioteca Nacional – Ministerio de Cultura

jueves, 23 de julio de 2015

LA BIBLIOTECA DEL BALCÓN TURÍSTICO (MANAURE)



Se llega a ese poblado, subiendo parte de las empinas montañas de la serranía del Perijá, donde muchos de los turistas que frecuentan; opinan que en ese lugar recóndito, bucólico y despampanante; se respira el mejor aire del mundo, allí donde abundan los árboles de maíz tostado, donde las casas son pintadas del mismo color, entre blanco y cintas de marrón, los mismos tejados, y una lámpara que pende en los frentes de cada casa, como conservando un estilo colonial. Donde el olor de la guayaba se mezcla con el olor a mango y café, viajando a través del viento que atraviesa toda aquella frondosidad enverdecida, tierra en que se enraizaron e inspiraron trovadores.  Aquí su historia es cada vez más eterna, en poemas, versos, canciones vallenatas, crónicas y anécdotas que sobreviven en cada pasaje de la vida, pareciera una fantasía literaria, como si cada personaje participe permaneciera inmóvil en el tiempo, suelto a las arcas de la inmortalidad del recuerdo. 

No sólo se respira el mejor aire del mundo, también posee una riqueza literaria y memoria cultural representada en una agradable Biblioteca Pública, la cual lleva por nombre, Guillermo Enrique Orozco, y se encuentra ubicada a la vista de unos esplendidos atardeceres, que sin duda alguna, todo lector desearía disfrutar en pleno acto, justo en todo el centro de Manaure, el de la “serranía”, como muchas veces los distinguió García Márquez, del Manaure Guajira.

Los libros, la buena literatura, la promoción de lectura y el trabajo agrupado con niños y jóvenes, es una constante, pensando en que corresponden a las bases de toda sociedad y de todo proceso cultural que se manifieste en su presente o futuro. La vinculación de las escuelas con la Biblioteca, por medios de programas, proyectos de lectura y talleres de creación literaria, ha permitido de cierta forma, despertar el hábito lector de muchos jóvenes y hacer de Manaure una comunidad lectora y partidaria de las actividades que se promueven en ese espacio de encuentro con el conocimiento y las más asombrosas aventuras, que sólo podemos disfrutar al abordar un buen libro e introducirnos en su atmósfera literaria.

Su bibliotecaria encargada, Neidis Belén Vega, quién está atenta de los usuarios en temas de consulta y orientación, es realmente una lectora insaciable, amante de los buenos libros, entre sus autores favoritos está el portugués José Saramago, Honoré de Balzac y en literatura infantil, Maurice Sendak y la japonesa, Keiko Kasza. Ciertamente, ese hábito lector que la identifica, de alguna manera es transmitido en sus usuarios. Resulta ser interesante, cuando en medio de una consulta, sea de parte de un joven o adulto, se dé por inicio a una conversación y se entre a tocar temas sobre alguna de las obras ya leídas por ambos, lo que más pudo haber impactado de la historia y que debería ser compartido en llamado de otros usuarios-lectores.

Lo importantes es, el hecho de como los niños frecuentan la sala infantil, fascinados por las colecciones de primera infancia, de lo acogedor que es aquel espacio y la expectativa de abordar los cuentos y conocer personajes. Así que las esplendidas tardes se hacen cada vez más propicias para ir y descubrir nuevas historias, convirtiéndose la biblioteca, en ese espacio ilimitado que les permite transcender la realidad, donde lo increíble se vuelve creíble, donde el tiempo parece detenérsete y sólo transcurrir en las historias, mientras los personajes emergen entre oleajes de palabras, saltándose de las páginas de los libros abordados, para luego situarse en la imaginación del niño y llenarla continuamente de aventuras memorables.

Por:
Bayron Araújo Campo
Promotor de Lectura y Escritura.



jueves, 16 de julio de 2015

¡A DORMIR, MONSTRUOS!



Si hay algo que sorprende a los niños cuando se introducen en la lectura de una historia, muy seguramente debe estar relacionado con monstruos y animales feroces que, de alguna manera, despierta la curiosidad y pone en prueba cada uno de sus miedos, “miedos” que enfrentan ellos mismo, y a su vez, se divierten y gozan de los contenidos literarios, principalmente si son ilustrados. Son libros para  leer antes de dormir, muchos de ellos se ocupan de esos temas y otros seres en apariencia terribles que no le dejan al niño descansar plácidamente. Ejemplo de obras, son: “Dónde vives los monstruos” de Maurice Sendak, “A la cama monstruos” Isabelle Bonameau, y ahora, al que hago alusión en este artículo, “A dormir monstruos” del escritor, Ed Vere.

Empieza por cierta inducción a lo imaginario, al que nos lleva a pensar en la existencia de los monstruos, y el lugar en el que pueden habitar o también pueden llegar, muy probablemente en busca de nosotros. Es una de esas historias que nos permite descubrir que los personajes malos, no son tan malos como parecen y que basta cierto cambio de perspectiva para que superen sus temores y los niños puedan dormir tranquilos y disfrutar de esas historias.

Por:
Bayron Araújo Campo

Promotor de Lectura y Escritura. 

martes, 14 de julio de 2015

¡SOY EL MÁS FUERTE!



Texto e ilustraciones: Mario Ramos
Traducción: Rafael Ros
Barcelona: Corimbo, 2003, 24 p.
Tapa dura
Formato: 17,5 x 24, 5 cm
Álbum
ISBN 84-8470-085-2

Un día, un lobo que ha comido muy bien, se propone en ir por el bosque, mientras es dominado por un aire de superación, arrogancia y problemas de auto imagen.  A medida que  va caminando, va preguntando acerca de su ´poderío´, queriendo ser siempre el animal más fuerte y temido de todo aquel bosque.  Durante el trayecto, se encuentra con personajes muy populares que pertenecen a otras historias, como en el caso de Caperucita Roja, Los tres Cerditos, los siete enanitos… Es impresionante la manera como se conjugan otros cuentos en este mismo. Son de esas obras que por sus características, nos permite darle seguimiento al personaje principal, partiendo desde sus llamativas ilustraciones, y así no dejar detalle sobre cada una de las situaciones  que se van apareciendo en la atmósfera recreada por Mario Ramos.

Por lo general, en los niños siempre se ha hecho llamativo que en las historias que se les comparte, esté la participación de personajes feroces, como en este caso lo es el lobo, ya que les promueve suspenso, les permite despertarles la curiosidad que, de alguna manera, puede transcender los límites de sus miedos y aprender a enfrentarlos en historias como éstas.

Resulta significativo, la idea como el autor presenta al personaje principal, dándole dominio ante todos sus alrededores, aunque no el absoluto, ya que al final, la historia da un vuelco hacía lo ´inesperado´,  pues resulta que el personaje que termina por ser intimidado, es el lobo, es aquel feroz lobo que intentó imponer su poderío y creerse el más fuerte de todo el bosque.

Por:
Bayron Araújo Campo

Promotor de Lectura y Escritura 

viernes, 12 de junio de 2015

¡Vaya apetito tiene el zorrito!





Claudia Rueda, escritora colombiana, nos lleva a disfrutar una de sus obras más importantes y representativas en el ámbito de la literatura infantil, fue publicada en el 2007.
Todo empieza, cuando un zorro se ha despertado con una hambre tan enorme, un hambre del tamaño del todo el mundo, y por esas mismas razones salió en busca de saciar esa hambre. Mientras va caminado, va encontrando huevos a su alrededor y en el camino, en total, logra reunir 10,  unos los halló en un tronco, otros en el pantano, y algunos por donde se le ocurrió pasar. Cuando contó hasta diez regresó a su casa saboreándose el banquete que creía que se comería. Su soledad tenía un punto a su favor el de no compartir con nadie nada. Mientras preparaba los ingredientes se topó con una sorpresa que cambiaría su mañana para siempre…
La autora nos trasmite una historia que muy en el fondo lleva un mensaje y refleja muchos valores sobre el personaje principal, hay humildad detrás de la máscara que le ponen a un animal salvaje, como lo es el zorro, además de que es una obra que permite a los niños acercarlos con las matemáticas, en el hecho de realizar operaciones de suma y resta sobre cada uno de los huevos y divirtiéndose poco a poco con el valor de compartir, el cual es realmente significativo y reflejado en la obra de Claudia
La sorpresas no parecen acabar a medida que se van rompiendo los huevos y aparecen nuevas criaturas, los más pequeños podrán entender incluso sin la ayuda de la narración de una persona adulta, gracias a sus sencillas pero muy expresivas ilustraciones, que brindan una mejor claridad de la historia, lo que lleva también hacer seguimiento a cada una de las situaciones que se van apareciendo en la atmósfera del cuento.

Por:
Bayron Araújo Campo

Promotor de Lectura y Escritura. 

martes, 26 de mayo de 2015

LA IDENTIDAD NO LOGRADA



Contiene la historia de un perro llamado Moka, quien está cansado de su vida como mascota. Pero un día Michelle, su dueña, le hace lectura de un libro sobre lobos. Tan pronto, este personaje sueña con la ´libertad´ que tienen los lobos, de manera que se emprende a una aventura, al desear ser igual que los lobos, así que decide huir y descubrir nuevas cosas, pero lamentablemente para el personaje, no llega a tener éxito en cada una de las acciones por intentar serlo y sobrevivir entre los animales salvajes de la selva.
´El perro que quiso ser lobo´ es una obra escrita e ilustrada por la japonesa, Keiko Kasza, traducida por Ximena García Chica y publicada por el grupo Editorial Normal.

Nos concede una divertida historia, llena de aventuras y jocosidades. Quizás es uno de sus cuentos más representativos en su mayoría de libros y en el ámbito universal de la literatura infantil, por su valor literario, lo que transciende el recuerdo del personaje en los niños, por las ilustraciones que nos permiten tener una secuencia de cada una de las situaciones que dan movimiento en la atmósfera del cuento, imaginarnos de alguna manera el espacio en el que transcurren. Los niños gozan de los contenidos, de las coloridas y llamativas ilustraciones, en acertar a los propósitos de la autora hacia el lector, para así disfrutar de sus creaciones literarias, como sucede en todos los libros de Keiko, a su vez, en los niños les permite despertar el interés por la lectura y obtener el gusto por las buenas historias, en reconocer ciertos animales, en darle seguimiento al personaje principal e imaginárselo en cada pasaje del cuento, reírse de él, sentir la vivacidad de la historia y los sentimientos encontrados. Intentar ser un lobo y no lograr conseguirlo, algo que termina por frustrar a Moka desde inicio del cuento, pero que al final nos pone como ejemplo, el hecho de darnos cuenta de lo valioso que es conservar la verdadera identidad.

Por:
Bayron Araújo Campo


Promotor de Lectura y Escritura – RNBP

miércoles, 6 de mayo de 2015

OTTO, UN OSO DE LIBRO

·        RESEÑA



“Otto era un oso que vivía en la casa de un libro, y cuando los niños leían su libro era el oso más feliz del mundo. Hasta que un día pasó algo terrible y Otto tuvo que buscar una nueva casa. Otto descubre entonces que el mundo es un lugar demasiado grande y desapacible para un oso tan pequeño y ya no sabe dónde buscar”

Pero en realidad, ¿Cuál es el mejor lugar para un oso de libro?

Esta agradable historia es escrita por Kati Clemenson, nos lleva a instalarnos en su imaginación, partiendo desde su personaje principal al cual le da el nombre de Otto. Curiosamente este personaje se sale del libro en el que vive y se va a descubrir y conocer otros lugares. Es una historia que les permite a los niños hacerle seguimiento al personaje principal y por medio de las llamativas ilustraciones del libro conocer como es, las situaciones y los lugares a los que llega, las acciones que realiza como leer sus libros preferidos y escribir, así mismo reconocer una biblioteca que encuentra mientras camina y darse cuenta de todos los personajes que habitan allí entre los libros, al igual que él.

Es de reconocer, que son de ese tipo de historias para niños, que desde sus primeras líneas atrapan al lector, le despierta lo inesperado, le promueve la curiosidad; que de igual forma continua por estar latente durante toda la duración de la lectura, lo conecta con la atmósfera en la que se mueven y actúan los personajes, haciéndose divertida la historia, al igual que transmitiendo cada una de las sensaciones y sentires del personaje del cuento que nos inventa la escritora, Kati Clemenson.

Por:
Bayron Araújo Campo
Promotor de Lectura y Escritura - RNBP

viernes, 10 de abril de 2015

Bitácora, Lectura Biblioteca Escuela



El grupo de estudiantes que se vinculó al proyecto, es del grado primero de primaria, de la Escuela Normal Superior María Inmaculada. La docente encargada es Luz Adriana,  quien acordó conmigo los días para las actividades correspondientes al proyecto y la consecución de este durante todo el año escolar.
La primera sesión de lectura, se realizó en la escuela. Antes de eso, ya había aprovechado para reunir a los padres de familia y comentarles sobre el proyecto, el beneficio que recibirían sus hijos en torno al adquirir el gusto por los libros, de despertarles ese hábito lector.
La sesión de lectura se acordó a las 08: 00 am. Los niños ya me esperaban, así que seleccioné los libros que días anteriores había estudiado y reseñado. Hay ciertas obra, con la cual, antes de iniciar con un nuevo grupo me gusta compartirla, sobre todo: ¿A qué sabe la luna? De Michael Grejniec y “Mi día de suerte” de la escritora e ilustradora japonesa, Keiko Kasza.  Son libros que me permiten entrar en mucha interacción con los niños, de atraparlos y enamorarlos de esas historias desde un principio.  Los niños de su parte, se dejan llevar mucho por las ilustraciones, reconocen lo que ven,  de lo contrario son curiosos y también preguntan al respecto.
Es un grupo que está conformado por 30 estudiantes. En comparación con años anteriores, para esta vez, debido a la experiencia, me ha sido más fácil adentrarme en ellos y transmitirles la importancia de los libros, el gusto por las historias que allí encontramos y que disfrutaremos en el transcurrir del proyecto. 


El primer libro que les leí fue: ¿A qué sabe la luna? De Michael Grejniec.  Empiezo enseñándoles la portada del libro y preguntándoles sobre el color de la luna y el que ellos lleguen a imaginarse a qué podría saber esta misma. Muy buena pregunta para empezar,  esto hace que entre en interacción con los niños y que de alguna manera nos introduzcamos al contenido sin antes leer las primeras líneas. Por sus parte, al abrir el libro y aparecer las ilustraciones, los niños iniciaban con motivarse mucho, hacían reconocimiento de los animales que iban apareciendo, con el fin de poder alcanzar la luna y probar un pedacito de esta misma.  Ya no era necesario señalarles los animalitos, sino que ellos lo reconocían y lo mencionaban. Es un cuento, que con el sólo hecho de ver las imágenes, podemos hacer lectura y conocer de lo que ocurre en la historia. 

El segundo libro que les compartí fue; “Mi día de suerte” de la escritora japonesa, Keiko Kasza.  Es de reconocer, que son de ese tipo de historias para niños, que desde sus primeras líneas atrapan al lector, le despierta lo inesperado, le promueve la curiosidad; que de igual forma continua por estar latente en toda la duración de la lectura, nos conecta con la atmósfera en la que se mueven y actúan los personajes. Está llena de jocosidades, de tristezas, de virtudes, de astucia e inteligencia que se ve reflejada en uno de sus personajes, como lo es el cerdito, pero todo ante un propósito; para así ir engañado uno a uno a los principales depredadores de su bosque. Es una narración que disfrutamos en Voz Alta, que nos llevan a lo incierto, si en realidad se termina por comer al cerdito o no. Siempre hay un ´después´, de manera que nos permite entrar en interacción y plantearnos interrogantes al respecto, mientras nos divertimos de las situaciones que se van presentando al pasar de las páginas.
Los estudiantes se gozaron mucho de los contenidos, las coloridas ilustraciones, lo que les transmite la autora, como sucede en todos los libros de Keiko, llevándonos a imaginarnos a los personajes tal y cual como aparecen en el libro, es decir; existe una mediación entre el texto y la imagen que provocan leerla. Por su parte, los chiquitos también les encantan dar invención a lo que puede ocurrir en cada pasaje del cuento y este es precisamente uno de esos con los cuales podemos predecir o inventarnos un final que bien se puede ajustar a la narración, lo que hace que el niño esté en constante conexión con los personajes y hechos que surgen en la lectura, enriqueciéndoles la imaginación y haciendo del cuento una aventura muy memorable.
Por consiguiente, les compartí los demás libros que había llevado. Veo mucha importancia en esto, de que ellos estén en ese contacto con las obras, que las palpen y pasen sus páginas, aunque no sepan leer ellos puedan realizar lecturas de imágenes y dar invenciones a través de historias por estas mismas. 


Hasta una próxima sesión. 

Por: 
Bayron Araújo Campo 
Promotor de lectura 

domingo, 5 de abril de 2015

Hansel y Gretel


HERMANOS GRIMM



Un verdadero clásico de la literatura infantil ilustrado por uno de los autores contemporáneos de libros para niños más famoso del mundo.

HANSEL Y GRETEL

Anthony Browne recrea Hansel y Gretel en un ambiente contemporáneo. Una sorprendente versión que apela a las fantasías y los sentimientos de manera inusitada. Los niños pasarán horas persiguiendo detalles de este cuento, principalmente porque ya se les hace muy conocido y renombrado en las series infantiles de televisión, por lo que llegar al libro los lleva al recuerdo de cada uno de sus personajes y situaciones al respecto, que con la lectura de esta misma, les concede una mejor interpretación de los contenidos, esta vez con la precisión de los detalles del mismo autor. Su simbolismo abrevia la división entre niños y adultos, y propicia un diálogo entre ellos, así como entre lo tradicional y lo contemporáneo.

Es una obra que nos permite conocer ese tipo de escenarios tradicionales que emergen en la atmósfera del cuento, además de la curiosidad que despierta en los niños por las situaciones enigmáticas y lo que propicia también para enfrentarse a sus miedos, desafiarlos y superarlos, desbordar su imaginación y buscar soluciones ante ciertas dificultades en la vida. La historia es toda una aventura, en la que emergen las sorpresas, engaños y dificultades, pero como en la mayoría de las obras de literatura infantil, terminan por tener un final feliz y esa misma felicidad es transmitida en el lector y en especial si son lectores pequeños.

Por:
Bayron Araújo Campo
Promotor de Lectura y Escritura - RNBP