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Escritor, periodista y gestor cultural colombiano.

martes, 22 de septiembre de 2015

GUILLERMO JORGE MANAUEL JOSÉ




Escrito por la australina, Mem Fox, ilustrado por Julie Vivas.
1988 Ediciones Ekaré.
Traducción: Gabriela Uribe.

Narra la historia de Guillermo Jorge Manuel José,  un niño con cuatro nombres, que vivía al lado de un hogar para ancianos y conocía a todos los que allí vivían. Cuando descubre que la señorita Ana Josefina Rosa Isabel ha perdido la memoria, el niño emprende una búsqueda para recuperar los recuerdos de su amiga.

Es una obra que en su contenido, posee un ritmo que hace muy fluida la lectura, un ritmo divertido que se conjuga con las hermosas ilustraciones de Julie Vivas. En cierta forma, despierta el interés de cualquier lector que aborde la historia, sobre todo por perseguir su final, pasando por cada una de las situaciones que le dan movimiento a la atmósfera del cuento y así descubrir la manera como el personaje logra recuperar la “memoria” de su amiga favorita, la señorita Ana Josefina Rosa Isabel, (y es realmente su amiga favorita, ya que tiene cuatro nombres igual que él).

La curiosidad del personaje principal toma mucha importancia en la historia y lo que significa para él cada uno de los personajes segundarios; en lo que le cuentan, en la amistad, en el accionar, en la constante interacción y la diferencia de unos con otros. Vemos a un niño que de la forma más inocente y poética, se sumerge en la profundidad del recuerdo de la Señora Ana, quien ha perdido su memoria. Guillermo aprende de los ancianos, además de gozar sus días en compartir tiempo con ellos y a su vez, cultivar cada una de las actividades que más han gustado y practicado en todo el transcurso de sus vidas; como lo es el deporte del beisbol,  las tardes de piano, los cuentos de miedo que le contaba el señor Tancredo, además de hacerles mandados al señor Herrera, el cual caminaba con bastón de madera y admirar al personaje; el señor Tortosa Escalante, que tenía voz de gigante.

Es un libro que va destinado para todas las edades, más que todo buscando que en los niños pueda prevalecer esa importancia de la “memoria”,  y de igual forma ese acercamiento con los ancianos de su entorno, de descubrir sus pasados y conocer mucho de sus vidas, de manera que se pueda adquirir sus enseñanzas y puedan transmitir sus valores.

Por:

Bayron Araújo Campo
Promotor de Lectura y Escritura.  

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