El
grupo de estudiantes que se vinculó al proyecto, es del grado primero de
primaria, de la Escuela Normal Superior María Inmaculada. La docente encargada
es Luz Adriana, quien acordó conmigo los
días para las actividades correspondientes al proyecto y la consecución de este
durante todo el año escolar.
La
primera sesión de lectura, se realizó en la escuela. Antes de eso, ya había
aprovechado para reunir a los padres de familia y comentarles sobre el
proyecto, el beneficio que recibirían sus hijos en torno al adquirir el gusto
por los libros, de despertarles ese hábito lector.
La
sesión de lectura se acordó a las 08: 00 am. Los niños ya me esperaban, así que
seleccioné los libros que días anteriores había estudiado y reseñado. Hay
ciertas obra, con la cual, antes de iniciar con un nuevo grupo me gusta
compartirla, sobre todo: ¿A qué sabe la luna? De Michael Grejniec y “Mi día de suerte” de la escritora e
ilustradora japonesa, Keiko Kasza. Son libros que me permiten entrar en mucha
interacción con los niños, de atraparlos y enamorarlos de esas historias desde
un principio. Los niños de su parte, se
dejan llevar mucho por las ilustraciones, reconocen lo que ven, de lo contrario son curiosos y también
preguntan al respecto.
Es
un grupo que está conformado por 30 estudiantes. En comparación con años
anteriores, para esta vez, debido a la experiencia, me ha sido más fácil
adentrarme en ellos y transmitirles la importancia de los libros, el gusto por
las historias que allí encontramos y que disfrutaremos en el transcurrir del
proyecto.
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Los
estudiantes se gozaron mucho de los contenidos, las coloridas ilustraciones, lo
que les transmite la autora, como sucede en todos los libros de Keiko, llevándonos a imaginarnos a los
personajes tal y cual como aparecen en el libro, es decir; existe una mediación
entre el texto y la imagen que provocan leerla. Por su parte, los chiquitos
también les encantan dar invención a lo que puede ocurrir en cada pasaje del
cuento y este es precisamente uno de esos con los cuales podemos predecir o
inventarnos un final que bien se puede ajustar a la narración, lo que hace que
el niño esté en constante conexión con los personajes y hechos que surgen en la
lectura, enriqueciéndoles la imaginación y haciendo del cuento una aventura muy
memorable.
Por
consiguiente, les compartí los demás libros que había llevado. Veo mucha
importancia en esto, de que ellos estén en ese contacto con las obras, que las
palpen y pasen sus páginas, aunque no sepan leer ellos puedan realizar lecturas
de imágenes y dar invenciones a través de historias por estas mismas.
Hasta
una próxima sesión.
Por:
Bayron Araújo Campo
Promotor de lectura

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